Estaba esta mañana (día de la mujer trabajadora) en mi casa limpiando la plata, cuando me ha venido a la cabeza la siguiente frase; La amistad es un regalo de Dios... y me he puesto a recordar algunas cosas que he escuchado o he leído por ahí, y como me han parecido muy gratificantes, he decidido ponerlas en el blog.
La verdadera amistad perdura y se fortalece con el tiempo, a través de la distancia, pues no se necesita ver frecuentemente al amigo, para que la amistad perdure, basta saber que éste responderá cuando sea necesario, con un acto de comprensión y de afecto, cuando sea necesario...
La amistad no se conquista, no se impone, se cultiva como una flor, se abona con pequeños detalles de cortesía, de ternura de lealtad... Se riega con aguas vivas de desinterés y cariño silencioso.
No importa las distancias, lo niveles sociales, los años o las culturas.
La amistad lo borra todo, la felicidad del amigo nos da la felicidad...
La verdadera amistad puede tener muchas comas,
pero nunca un punto final.
No se trata de quien llegó primero, o quien se conoce más tiempo, sino de quien llegó y nunca se fue.
Para el que tiene un un amigo no existe la soledad.
Pero recuerda que el que busque un amigo sin defectos, se queda sin amigos...
