El consumo responsable genera mayor conciencia de nuestro rol como consumidores y nos ayuda a priorizar e identificar las necesidades reales que tenemos. Ese es su punto de partida. En contraposición está el consumismo masivo, que se ha encargado de hacernos creer que necesitamos muchas cosas para nuestra supervivencia y que la verdadera libertad está en poder comprarlas cuando y donde queramos.
Sin embargo el consumo responsable no se reduce solamente a eso. además de ser una practica ligada a la revisión del papel del consumidor, es sobre todo un estilo de vida, una forma de entender nuestro papel en la sociedad y de contribuir a la construcción de un mundo más justo y solidario.
Lo anterior queda demostrado si tenemos en cuenta los valores que sustentan, la solidaridad la cooperación, la justicia, el respeto por los derechos de las personas y por supuesto, el cuidado del medioambiente...
