La hospitalidad hunde sus raíces en lo más profundos de las entrañas de África. Así dos proverbios malienses dicen "Acoger bien a alguien es hacerlo uno de los nuestros." Y "Si no acoges bien al extranjero, tu reputación se estropeará."
La hospitalidad es sagrada para los tuareg, que dicen "Al enemigo puedes devolver todo el mal que te ha hecho menos privarle de hospitalidad".
En la cultura del Medio Oriente, se creía que la persona llegaba a casa de uno era enviada por Dios. Así su hospitalidad se transformaba en una obligación sagrada. Para los beduinos supone un privilegio y un deber la llegada de un huésped . Si el forastero toca el palo de la entrada de la tienda, sus habitantes están obligados a ofrecerle comida y refugio, aun cuando sea un enemigo perteneciente a otra tribu.
¿Hemos perdido nuestras raíces?