Un breve periodo de descanso, mejora la memoria, la concentración y el rendimiento.
Por tanto parece lógica la conveniencia de una cabezadita, después de comer
Pero no todo vale, lo ideal seria que fuera unas ocho horas después, de levantarse con una duración entre 20 y 30 minutos y nunca más de 40.
Hay que evitar alimentos pesados en las comidas copiosas y alcohol, pues la somnolencia que producen es un sueño inadecuado.
El ambiente perfecto es una habitación ventilada con una temperatura media entre 18º y 22º. Es mejor descansar a oscuras, pues el organismo relaciona la falta de luz con el sueño. Entre el sofá y la cama, es cuestión de gustos, siempre que sea cómodo.
El objetivo es descansar, no necesariamente dormir, así que conviene disponerse a relajarse y cargar las pilas para seguir adelante...
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