La floración del almendro entre febrero y marzo es espectacular. Sus flores blancas o rosadas aparecen mucho antes que las hojas cubriendo por completo las ramas del árbol. Las antiguas culturas de Asia Central ya cultivaban almendras al menos desde hace 5.000 años. Se trata de un producto nutritivo y saludable, cuyo alto contenido en vitamina E, le otorga un elevado poder reparador y antioxidante. En cosmética destaca su capacidad de hidratación de la piel.
E incorporadas a la dieta, sus muchas virtudes contribuyen a prevenir el envejecimiento celular y la aparición de muchas enfermedades. Las almendras contienen fibra, proteína, zinc, fósforo, sodio, potasio, calcio, magnesio. También grasas, principalmente insaturadas, que son las beneficiosas que ayudan a controlar el colesterol LDL y previenen enfermedades cardiovasculares.
Aportan un nivel bajo de hidratos de carbono, pero bastantes calorías. Por eso, lo saludable es tomarlas de manera regular, pero con moderación. Un puñadito al día, unas diez puede ser una buena ración, para beneficiarnos de sus muchos beneficios.
Le dije al almendro que me hablara de Dios y empezó a florecer...
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