El estornudo es un acto reflejo incontrolable y su función es protectora. El aire que respiramos se limpia y calienta antes de llegar a los pulmones. Los cilios (pelillos) y la mucosa interior de la nariz, retienen la suciedad que transporta el aire. Ante la impureza, el estornudo es inmediato, pues el cuerpo quiere librarse de ese organismo externo. El sistema respiratorio entra en acción, la caja torácica se expande, los pulmones se llenan para inspirar una gran cantidad de aire 2,5 litros, cinco veces más que una respiración normal.
El aire es expulsado por la nariz y la boca a una velocidad media de 160 km/h. Por tanto, conviene no retenerlo, pues podría ocasionar lesiones en el cerebro y los tímpanos. Con el aire expulsamos entre 500 y 2000 pequeñas bacterias y/o virus. Por eso es importante cubrirse la boca. Mejor si lo hacemos con la parte interior del codo y no con la palma de la mano, que después para tocar otras personas o cosas, pero mejor todavía con un pañuelo...
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