domingo, 12 de septiembre de 2010

Convalecencia

 Pasaron por fin los días de Hospital, con todo su agobio, incertidumbre y falta de sueño.
Desde luego si no existe el síndrome pos hospitalario, yo lo podría patentar, ¡que le vamos a hacer¡ hasta otra...
Como yo no conozco muy bien el significado de la palabra delegar, ni tampoco se medir bien mis fuerzas acabo agotada. Al final parece que la enfermedad es de los dos y la llevamos a  medias, después de cincuenta y un años de casados no se muy bien que parte es la suya y cual es la mía.
Yo también tengo mis achaques, pero para eso soy más reservada, pienso un poco como los chinos: "lo que no se nombra no existe" y así además no doy la lata a nadie. Bueno dejemonos  por hoy de hablar de enfermedades
.
Y pasando a un plano más espiritual, he oido en la Homilía de hoy que ya no  hace falta hacer la penitencia como se hacía en la época Medieval a latigazo limpio hasta hacerse saltar sangre... Ahora ya es bastante penitencia aceptar con buena voluntad los golpes que te da la vida, y ¡ tanto que si.¡ Y con eso no quiero presumir de nada, todo lo contrario, porque yo protesto mucho, pero por lo menos trataré de aceptarlo mejor, con la ayuda de  Dios.                            

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