domingo, 16 de diciembre de 2012

LAS ISLAS DIÓMEDES


Como viajar por Internet, es tan cómodo y tan rápido (y muy barato), me voy a trasladar a otro extremo del mundo, en el que los territorios de Los Estados Unidos y Rusia están a menos de cuatro Kilómetros de distancia, y separados por una "fecha".
Son las remotas y poco conocidas islas de Diómedes, en el estrecho de Bering, el espacio marítimo que separa Alaska del extremo oriental de Asia. Fue ese lugar que probáblemente sirvió de paso a los primeros pobladores del continente americano. Son dos islas rocosas, de dimensiones reducidas, separadas   por un estrecho de 3.700 metros que permanece helado durante buena parte del año, permitiendo el paso a pié entre ellas. La gran Diómedes es la mayor y pertenece a Rusia, y La pequeña Diómedes  pertenece a los Estados Unidos, y tiene unos 170 habitantes.


Durante la Guerra Fría, los antiguos habitantes de la isla rusa, tuvieron prohibido circular entre ellas, e incluso intercambiar información, y llegó a llamarse "Telón Helado". Al terminar la 2ª Guerra Mundial todos los nativos habitantes de la isla rusa fueron trasladados al continente, pero habiendo parientes en estas islas algunos no volvieron a ver a sus familiares, quedando solo un pequeño poblado en la isla americana.

Pero lo más curioso de estas islas es que entre ellas se encuentra el huso horario, habiendo de una a otra, 21 horas de diferencia, de modo que cuando en el lado ruso son las 12 del mediodía, en el lado americano, son las tres de la tarde del día anterior. Aunque como es lógico la hora solar es en ambas exactamente la misma. Cuando en invierno, el mar se congela, es el único lugar del mundo que se puede pasar a pie, de ayer a mañana, y de mañana a ayer.

Humberto Eco en su obra "La Isla del día anterior"  expresa magistrálmente lo que sucede en las Diómedes,  si viajas en un velero de América a Asia ganas un día y si lo haces en sentido contrario, lo pierdes...

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