Esta mañana he visto por la Tele, una ceremonia preciosa, sobre el Domingo de Ramos desde Roma. mientras miles de persona de todas las partes del mundo, abarrotaban la plaza de S. Pedro contemplándola. La 1ª lectura, de Isaías nos ofrece las palabras del siervo sufriente: "Ofrecí el rostro como pedernal, y se que no quedaré avergonzado", una buena introducción al relato de la Pasión (Lucas 24 a 56) así como la corrección al triunfalismo superficial del Reino.después de la Procesión cuajada de ramos de olivo, y palmas. la lectura de la Pasión...Donde se nos demuestra que el triunfo de Jesús es la Resurrección, no el reconocimiento exterior de la nación judía, ni de los pueblos del mundo.
El triunfo de Jesús es hacer la voluntad del Padre, es su entrega sin límites a los demás. Así lo señala también S. Pablo en la 2ª lectura:
"Actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y no una muerte cualquiera, sino muerte de cruz"
No creemos en Jesús por sus triunfos externos, espectaculares, sino porque entregó su vida por amor a todos hasta la muerte.
Por eso mismo "Al nombre de Jesús, toda rodilla se dobla en los cielos, en la tierra, y en los abismos".
domingo, 14 de abril de 2019
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dame tu opinión: