San Prudencio

Desde hace algunos años he tomado la costumbre de subir a Armentia la víspera de S. Prudencio para honrar al santo.

Solemos ir varias amigas, a la Misa vespertina que es a las siete de la tarde y después sale la procesión desde el pueblo con los músicos y la gente que va paseando detrás hasta el paseo donde está el monumento a san Prudencio.

Allí tiene lugar la Retreta, después de que el Párroco de la Basílica dice unas palabras exhortándonos a la convivencia en paz, siguiendo el ejemplo del santo. Y por cierto este año en la homilía, comentó que cuando hacen carteles aludiendo a estas fiestas, solo se les ocurre pintar un "caracol" y para nada poner una imagen del santo.
Yo había pensado poner una foto de una cazuela de caracoles, pero en vista de lo cual, he desistido.

Hubo bailes vascos y luego cantamos el himno a san Prudencio que por si alguno no lo sabe lo voy a poner aquí:

Honor a San Prudencio, prez y gloria al ínclito patrón.
Pueblo alavés, bendice su memoria,
pídele su celeste protección
Armentia fué tu cuna, celeste protector
la patria en que naciste, se acoge a tu favor,
Y ya que de tus hijos contemplas la piedad,
sobre este pueblo tuyo derrama tu bondad.
.

A mi eso de "prez" me gusta mucho. Bueno luego hay que comprar las consabidas rosquillas, que por cierto este año estaban excepcionalmente buenas.

Creo que es una bonita manera de empezar la fiesta, sin las aglomeraciones del día siguiente, que este año ha sido mayor, al haber hecho tan buen tiempo.

pintura

Después de ver estos deliciosos cuadros, me viene a la memoria, cuando los vi por primera vez, en un viaje que hice para visitar el museo Thyssen, junto con otros muchos, por ejemplo de Renoir, que junto con Monet, fueron los primeros que empezaron a usar la pincelada suelta captando la impresión del momento, dando lugar a lo que se considera el impresionismo.

La pintura que más me ha gustado siempre ha sido la" Impresionista", de hecho no sabría decir porqué. Es como todo, te gusta o no te gusta.

Monet es el más característico de este estilo. Pero también me encantan Renoir, Sorolla, Degas con sus bailarinas, Manet y me conmueve Cézanne, que decía que quería morirse pintando. Y también Gauguin, con esa extridencia de colores.

Cuando yo me dedicaba a pintar, intente copiar algo de cada uno de ellos, para ver si se me pegaba algo de su genialidad, pero, claro, no lo conseguí. De todos modos disfruté mucho intentándolo.
Ahora tengo abandonada la pintura, (excepto la de brocha gorda) porque absorbe mucho y no te puedes dedicar a otra cosa, pero espero volver a retomarla algún día.

La jardinería

Hay un refrán que dice: lo que empiezas a hacer por afición, luego lo acabas haciendo por obligación

Así me ha pasado a mi con la jardinería. La verdad es que me gustan mucho las plantas, me gusta plantar, cuidarlas y disfruto viendo como crecen. Pero son muy absorbentes: no te puedes olvidar de ellas por mucho tiempo, enseguida te reclaman que las riegues, les quites las hojas secas y las malas yerbas, que para cuando te das cuenta te han invadido todo.

Una vez me dio por poner una huerta con toda clase de hortalizas (entonces era mucho más joven) ,y hasta llegamos a comer de ellas.

Y me compré un buen libro de jardinería, bueno, varios, que todavía conservo.

Además tuve un maestro: el hortelano de la finca de al lado.
Sin yo preguntarle nada, se ponía a darme consejos, cosa que a mi me irritaba bastante.
Pero poco a poco me fui dando cuenta que tenía razón, no todo viene en los libros, recuerdo cuando me decía que no pisara la tierra cuando estuviera mojada, porque se quedaba como el cemento, y tenía toda la razón del mundo...

Acabamos siendo muy amigos, intercambiábamos plantas y demás. Recuerdo unas plantas de tomates , que sacaba de su maravilloso semillero que no he visto iguales en ningún sitio. Luego comentábamos el tiempo, lo poco que llovía, o que no dejaba de llover y no se podía plantar nada.

Después de un tiempo, la afición se me fue convirtiendo en obligación.

Y ahora ya solo me dedico a plantar tiestos y algunas flores en el jardín.

Viernes Santo

El día de Viernes Santo me desperté temprano, escuchando por la radio la retransmisión de las procesiones y el fervor con que las siguen multitud de gente. Nunca dejan de impresionarme el entusiasmo con que reciben la llegada de cada Paso, y la cantidad de procesiones que hay por todas las ciudades y pueblos de España.
Creo que eso demuestra que hay mucha gente de buena fe, aunque algunos se empeñen en negarlo.
No me parece que todo eso se pueda hacer solo por amor al arte, se necesita mucho espíritu de sacrificio para pasarse toda la noche desfilando y rezando, como por ejemplo el Santo Viacrucis que se celebra en la ciudad de Ávila a las cinco de la mañana recorriendo las murallas y la ciudad, durante dos horas.

Es una ciudad preciosa, Ávila, que yo conocí por primera vez, cuando estuve en las Navas del Marqués, un pueblo muy bonito, con un castillo, haciendo el Servicio Social (que era como la "Mili" de las chicas).En aquella época teníamos que hacerla para poder sacarnos el pasaporte a partir de los 18 años. Duraba nueve meses, pero si la hacías en régimen de internado te la reducían a la mitad.Y por tener el bachiller te quitaban otros dos meses,asi que yo con tres meses más o menos pude saldar mi cuenta con el Estado.

En conjunto lo pasamos bastante bien, nos enseñaban a bailar sevillanas, sardanas, etc, nos daban clases de cocina, costura y otras cosas que ya no recuerdo.
lo peor era el frío que pasábamos en aquél Castillo húmedo y helador con muchos radiadores que casi siempre estaban apagados, solo los encendían cuando venía a visitarnos doña Pilar Primo de Rivera...Además teníamos que dormir con las ventanas abiertas en pleno invierno a no se cuántos bajo cero,porque dormíamos seis en cada habitación. Menos mal que nos poníamos todas de acuerdo para cerrarlas, en cuanto se apagaban las luces.

De vez en cuándo desde allí, hacíamos muchas excusiones, la primera fue a Ávila que nos encantó y por supuesto no podía faltar la visita al Escorial...

Pequeñas filosofias

Volviendo a los periódicos, además de todas las tragedias, terremotos y otras desgracias que nos cuentan, algunas veces encuentras algunas cosas más agradables y prácticas que merece la pena leer.

Por ejemplo el otro día leí un artículo que escribía un psicólogo y me quedé con algunas frases que me llamaron la atención. Si cambia uno mismo, todas las cosas cambian a nuestro alrededor, pero si nosotros no cambiamos, nada cambia. !Ahí es nada cambiarse a si mismo! con lo fácil que nos resulta decir a los demás lo que tienen que cambiar o como tendrían que ser; cuando se trata de nosotros ya no resulta tan fácil. Al final nos va cambiando la vida, sobre todo la actitud que tengamos ante ella.

Decía también, que para ejercitar la mente hay que aprender cosas nuevas. Creo que eso hasta puede ser divertido: yo hace unos años me lo pasé estupendamente volviendo a estudiar piano que abandoné cuando era pequeña.
En casa querían que aprendiera, porque mi padre lo tocaba muy bien, pero a mí entonces no me gustaba nada, en cambio como se me daba mejor estudiar, conseguí dejarlo a cambio de hacer el bachiller (que entonces era de 7º y reválida)
En cuanto a saber disfrutar del presente, cuando se llega a cierta edad, como ya te queda poco futuro, pues no te queda otra. Alguien dijo que en realidad estamos en lo mejor de lo peor...

Y sobre todo aunque te veas con el agua al cuello , no pierdas nunca el humor...