El día de Viernes Santo me desperté temprano, escuchando por la radio la retransmisión de las procesiones y el fer
vor con que las siguen multitud de gente. Nunca dejan de impresionarme el entusiasmo con que reciben la llegada de cada Paso, y la cantidad de procesiones que hay por todas las ciudades y pueblos de España.
Creo que eso demuestra que hay mucha gente de buena fe, aunque algunos se empeñen en negarlo.
No me parece que todo eso se pueda hacer solo por amor al arte, se necesita mucho espíritu de sacrificio para pasarse toda la noche desfilando y rezando, como por ejemplo el Santo Viacrucis que se celebra en la ciudad de Ávila a las cinco de la mañana recorriendo las murallas y la ciudad, durante dos horas.
Es una ciudad preciosa, Ávila, que yo conocí por primera vez, cuando estuve en las Navas del Marqués, un pueblo muy bonito, con un castillo, haciendo el Servicio Social (que era como la "Mili" de las chicas).En aquella época teníamos que hacerla para poder sacarnos el pasaporte a partir de los 18 años. Duraba nueve meses, pero si la hacías en régimen de internado te la reducían a la mitad.Y por tener el bachiller te quitaban otros dos meses,asi que yo con tres meses más o menos pude saldar mi cuenta con el Estado.
En conjunto lo pasamos bastante bien, nos enseñaban a bailar sevillanas, sardanas, etc, nos daban clases de cocina, costura y otras cosas que ya no recuerdo.
lo peor era el frío que pasábamos en aquél Castillo húmedo y helador con muchos radiadores que casi siempre estaban apagados, solo los encendían cuando venía a visitarnos doña Pilar Primo de Rivera...Además teníamos que dormir con las ventanas abiertas en pleno invierno a no se cuántos bajo cero,porque dormíamos seis en cada habitación. Menos mal que nos poníamos todas de acuerdo para cerrarlas, en cuanto se apagaban las luces.
De vez en cuándo desde allí, hacíamos muchas excusiones, la primera fue a Ávila que nos encantó y por supuesto no podía faltar la visita al Escorial...
vor con que las siguen multitud de gente. Nunca dejan de impresionarme el entusiasmo con que reciben la llegada de cada Paso, y la cantidad de procesiones que hay por todas las ciudades y pueblos de España.Creo que eso demuestra que hay mucha gente de buena fe, aunque algunos se empeñen en negarlo.
No me parece que todo eso se pueda hacer solo por amor al arte, se necesita mucho espíritu de sacrificio para pasarse toda la noche desfilando y rezando, como por ejemplo el Santo Viacrucis que se celebra en la ciudad de Ávila a las cinco de la mañana recorriendo las murallas y la ciudad, durante dos horas.
Es una ciudad preciosa, Ávila, que yo conocí por primera vez, cuando estuve en las Navas del Marqués, un pueblo muy bonito, con un castillo, haciendo el Servicio Social (que era como la "Mili" de las chicas).En aquella época teníamos que hacerla para poder sacarnos el pasaporte a partir de los 18 años. Duraba nueve meses, pero si la hacías en régimen de internado te la reducían a la mitad.Y por tener el bachiller te quitaban otros dos meses,asi que yo con tres meses más o menos pude saldar mi cuenta con el Estado.
En conjunto lo pasamos bastante bien, nos enseñaban a bailar sevillanas, sardanas, etc, nos daban clases de cocina, costura y otras cosas que ya no recuerdo.
lo peor era el frío que pasábamos en aquél Castillo húmedo y helador con muchos radiadores que casi siempre estaban apagados, solo los encendían cuando venía a visitarnos doña Pilar Primo de Rivera...Además teníamos que dormir con las ventanas abiertas en pleno invierno a no se cuántos bajo cero,porque dormíamos seis en cada habitación. Menos mal que nos poníamos todas de acuerdo para cerrarlas, en cuanto se apagaban las luces.
De vez en cuándo desde allí, hacíamos muchas excusiones, la primera fue a Ávila que nos encantó y por supuesto no podía faltar la visita al Escorial...
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