Hay un refrán que dice: lo que empiezas a hacer por afición, luego lo acabas haciendo por obligación
Así me ha pasado a mi con la jardinería. La verdad es que me gustan mucho las plantas, me gusta plantar, cuidarlas y disfruto viendo como crecen. Pero son muy absorbentes: no te puedes olvidar de ellas por mucho tiempo, enseguida te reclaman que las riegues, les quites las hojas secas y las malas yerbas, que para cuando te das cuenta te han invadido todo.
Una vez me dio por poner una huerta con toda clase de hortalizas (entonces era mucho más joven) ,y hasta llegamos a comer de ellas.
Y me compré un buen libro de jardinería, bueno, varios, que todavía conservo.
Además tuve un maestro: el hortelano de la finca de al lado.
Sin yo preguntarle nada, se ponía a darme consejos, cosa que a mi me irritaba bastante.
Pero poco a poco me fui dando cuenta que tenía razón, no todo viene en los libros, recuerdo cuando me decía que no pisara la tierra cuando estuviera mojada, porque se quedaba como el cemento, y tenía toda la razón del mundo...
Acabamos siendo muy amigos, intercambiábamos plantas y demás. Recuerdo unas plantas de tomates , que sacaba de su maravilloso semillero que no he visto iguales en ningún sitio. Luego comentábamos el tiempo, lo poco que llovía, o que no dejaba de llover y no se podía plantar nada.
Una vez me dio por poner una huerta con toda clase de hortalizas (entonces era mucho más joven) ,y hasta llegamos a comer de ellas.
Y me compré un buen libro de jardinería, bueno, varios, que todavía conservo.
Además tuve un maestro: el hortelano de la finca de al lado.
Sin yo preguntarle nada, se ponía a darme consejos, cosa que a mi me irritaba bastante.
Pero poco a poco me fui dando cuenta que tenía razón, no todo viene en los libros, recuerdo cuando me decía que no pisara la tierra cuando estuviera mojada, porque se quedaba como el cemento, y tenía toda la razón del mundo...
Acabamos siendo muy amigos, intercambiábamos plantas y demás. Recuerdo unas plantas de tomates , que sacaba de su maravilloso semillero que no he visto iguales en ningún sitio. Luego comentábamos el tiempo, lo poco que llovía, o que no dejaba de llover y no se podía plantar nada.
Después de un tiempo, la afición se me fue convirtiendo en obligación.
Y ahora ya solo me dedico a plantar tiestos y algunas flores en el jardín.
Y ahora ya solo me dedico a plantar tiestos y algunas flores en el jardín.
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