Todo el mundo desea ser feliz, pero afrontar las adversidades, también es parte importante de la vida.
Hugh Mackay.
Así dice este importante psicólogo australiano.
Hoy en día se habla mucho de alcanzar la felicidad, de tener siempre pensamientos positivos, ser muy alegres, tener empatía, etc.
Pero cuando llega la adversidad, como puede ser una grave enfermedad, la pérdida de un ser querido, o cualquier otra cosa que nos saque de nuestros esquemas, que más tarde o mas temprano a todo el mundo le llega, es necesario aceptarlas, como parte integrante de la vida.
Muchas personas afirman que su mayor crecimiento y desarrollo como seres humanos se han realizado en el dolor y en el sufrimiento y no en el placer ni en los momentos felices.
Estamos equivocados cuando queremos que nuestros hijos solo sean felices y los protegemos de de todo lo que pensamos que puede hacerles daño, pero no nos damos cuenta de que para que sean seres en plenitud,
aprendan a afrontar con valentía las cosas malas, y cuando hay que sufrir, esto mismo ayudará por contraste
a apreciar más las cosas buenas. Así como lo blanco resalta más sobre lo negro.
De todas maneras es imprescindible, aún en los malos momentos (incluso en medio de nuestras lágrimas) no perder el "norte". Y sentir que llevamos con dignidad las penas de la vida y por supuesto también las alegrías, nos hace sentirnos bien con nosotros mismos, que es la cosa más parecida a la felicidad.
Además como dicen los de la JMJ, Dios está de nuestra parte...
jueves, 18 de agosto de 2011
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