sábado, 13 de agosto de 2011

Las fiestas de la Virgen Blanca de Vitoria

 Ya han acabado un año más nuestras fiestas.
Empiezan el día cuatro a las seis de la tarde, con el chupinazo y la bajada del Celedón.
Que para el que no esté enterado consiste en un muñeco vestido de aldeano y colgando de un paraguas que baja por un cable desde la torre de la Iglesia de S. Miguel, y que al llegar al suelo se cambia por un celedón de carne y hueso que preside las fiestas durante los cinco días que suelen durar.
Este muñeco se hizo en memoria de Celedonio Alzola, que fue un aldeano  natural de Zalduendo (Alava) que todos los años venía a Vitoría, a pasar las Fiestas de La Blanca y era el protagonista, invitando a todos y animando a todo el mundo a participar.
Con la bajada del celedón se encienden puros (ahora menos) y se abren botellas de champán: Cualquier cosa es válida para que empiece el jolgorio y la diversión.
Luego se empieza cantando la canción: "Celedón ha hecho una casa nueva, Celedón con ventana y balcón".
Pero como es cortita se repite hasta la intemerata...
Hasta ahora los celedones "in person" han sido cuatro:  José Luis Isasi, Enrique Orive, Iñaki Landa y el de hoy en día, Gorka Ortiz de Urbina. Cada uno lo hace unos cuantos años, los que resisten.
Personalmente tengo una anécdota particular de las primeras fiestas que pasé en Vitoria.
Mientras toda la gente venía de ver la bajada del Celedón, riéndose y divertida, yo iba muerta de miedo hacia La Policlínica, para dar a luz a mi primer hijo y a pesar de que hice toda esa preparación, en la que te quieren convencer de que es algo natural y no te va a doler, pues es mentira, natural, puede que sea, pero ¡vaya que si duele¡ y mucho...
Al día siguiente recibí la visita de " los blusas" que por lo visto la primera obra buena del día era ir a visitar a todos los niños que habían nacido esa noche, y a felicitar a todas las madres "exhaustas" por su felicidad.

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